Análisis
10 claves del triunfo de Yasna Provoste
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Piso de legitimidad para Provoste
La victoria de la DC Yasna Provoste frente a sus adversarios –la socialista Paula Narváez y el radical Carlos Maldonado– no fue para nada sorpresiva.
Es efectivo que durante los últimos días la demócratacristiana tuvo problemas en su campaña –el desempeño en los debates y sus posiciones conflictivas para su partido en la discusión sobre el aborto, por ejemplo–, pero las encuestas la daban indiscutidamente por sobre los otros dos competidores desde que confirmó su postulación el 23 de julio.
Lo sorpresivo fue la distancia que obtuvo frente a sus competidores: 62,2%, frente al 26,4% de Narváez y 11,4% de Maldonado. Es decir, más que duplicó a la segunda. En el PS no se lo esperaban: en privado aseguraban que la socialista tenía opciones de ganar de acuerdo a mediciones propias y que, de perder frente a la DC, sería por un margen estrecho. El triunfo –nítido, amplio y contundente– deja con un piso de legitimidad a la senadora dentro de Unidad Constituyente, como reconoció la propia Narváez.
Baja participación
El triunfo indiscutido de Provoste debe entenderse dentro del contexto de la participación en la consulta ciudadana, que fue baja incluso tratándose de una primaria no convencional (150.000, de acuerdo a las proyecciones de Unidad Constituyente).
Efectivamente, no se pueden comparar los resultados con las primarias de la derecha y la izquierda de julio pasado, donde los bloques convocaron en total a 3.139.765 ciudadanos (1.340.020 por Chile Vamos y 1.751.759 por Apruebo Dignidad). Debido a su propia responsabilidad política, la centroizquierda no logró inscribirse para las primarias legales y la consulta de este sábado fue organizada por los propios partidos del sector y no por el Servicio Electoral, no contó con recursos estatales ni tampoco con espacios como la franja televisiva.
Pero la participación fue baja incluso considerando estas condiciones adversas, porque la cifra fue similar a la del total de militantes de partidos del bloque (en torno a los 163.000, sin considerar al PRO). Lejos quedó la movilización de 2.142.070 electores en la primaria de 2013, donde Michelle Bachelet sola alcanzó 1.565.269 respaldos.
Un bloque en crisis
Por la seguidilla de hechos que la opinión pública ha conocido en los últimos meses, sobre todo con respecto a la presidencial, la Unidad Constituyente parece menos un conglomerado ideológico de centroizquierda que un acuerdo electoral por conveniencia.
Resulta evidente que este bloque no tiene un proyecto político, sino apenas semejanzas programáticas –como reconocen en privado los dirigentes del sector–, lo que les provoca una dificultad inmensa para diferenciarse de la izquierda de Gabriel Boric.
Uno de los desafíos de la candidatura de Provoste será, precisamente, levantar una alternativa de centroizquierda, pese a que la propia abanderada no se muestra ni como una típica DC ni como una defensora de los 30 años.
Aunque la consulta tuvo el mérito de poder aglutinar al menos formalmente a un sector donde prima la desconfianza –sobre todo luego de la noche del 19 de mayo, cuando el PS estuvo a punto de acordar con el FA y el PC–, el bajo nivel de participación entrega luces sobre los peligros de sobrevivencia de un sector político que enfrenta una crisis múltiple.
El PS en problemas
El socialismo democrático se jugaba el papel que cumplirá en los próximos años, tanto desde un eventual gobierno como en la oposición, de ganar Sichel. Porque si se llegaba a perder en forma contundente –como finalmente sucedió– no solo sería una derrota con miras a La Moneda, sino a la negociación parlamentaria.
Con los resultados de la consulta ciudadana, se confirma el principal temor de la mesa del PS, que intentó desde el comienzo bajar a Narváez por su bajo apoyo y, a cambio, conseguir una buena negociación parlamentaria para los socialistas. Con pocas horas por delante, la DC tiene espaldas anchas con miras a las candidaturas al Congreso que todavía no se cierran, a diferencia del PS.
Es evidente que la dirección de Alvaro Elizalde queda en serios aprietos nuevamente, aunque haya sido conocida su posición crítica frente a la candidatura de Narváez. El socialismo, en paralelo, deberá procurar que su base militante y de simpatizantes no se fuguen a la candidatura de Boric, como posiblemente ocurrirá.
Fin a la presidencia del Senado
El triunfo de Provoste hace inviable su permanencia en la presidencia del Senado, por lo que parece inminente que deje el liderazgo de la Cámara Alta. El bajo porcentaje obtenido por Narváez, a su vez, parece frustrar algún tipo de candidatura de la socialista al Senado, como se proyectaba en ciertos sectores del PS si perdía por un margen estrecho.
Poca influencia de Bachelet
La derrota de la candidata socialista deja en evidencia la acotada influencia electoral que tiene la ex presidenta Bachelet en el escenario actual: su carta a La Moneda –la que empujó desde Ginebra a fines del año pasado– no fue ni competitiva ni logró siquiera amenazar a la triunfadora.
El PR y Maldonado
El ex ministro Maldonado se jugaba en esta consulta su fuerza para el control del Partido Radical, que tiene 28.652 militantes y un mayor número de concejales que la DC. Es decir, su desempeño tendría relación a la interna del partido y a una eventual opción parlamentaria del propio abanderado, que parece desdibujada luego del 11,4% que obtuvo en la consulta. En cualquier caso, el PR tenía poco y nada que perder en la primaria convencional.
Las fortalezas de Provoste…
Pese a los problemas que enfrenta su partido y sector político, la senadora Provoste sin duda levanta una candidatura competitiva: mujer –la única en competencia, hasta el momento–, de regiones y de origen diaguita. Los ejes de su programa están en educación, derechos humanos, pueblos originarios y pensiones.
…y los desafíos
Pertenece al ala de la izquierda de la DC y con los años se ha generado una cierta imagen política a partir de esta identidad a la que parece tener el deber de responder.
Su candidatura presidencial, sin embargo, no tiene ningún espacio para crecer hacia la izquierda, donde Boric lo cubre prácticamente todo. Es decir, Provoste debe disputar el centro de la centroizquierda de la mano de una izquierda democrática y moderada –donde podría encontrar una votación natural– o simplemente quedará aplastada por la derecha por Sichel y el candidato del Frente Amplio.
En esta línea, resulta de especial relevancia la figura de Macarena Lobos, coordinadora del programa junto a Marcelo Mena, especialista en temas de medioambiente. La abogada de la Universidad de Chile se desempeña como docente de la Escuela de Negocios UC, donde hace clases Rodrigo Valdés, uno de sus grandes cercanos. Fue subsecretaria de Hacienda en el segundo gobierno de Bachelet con Nicolás Eyzaguirre de titular de la cartera y representa nítidamente al mundo de la centroizquierda independiente, pero con muchas redes en la DC, PS y PPD.
Pertenece al círculo de CIEPLAN: entre 2010 y 2014 se desempeñó como secretaria ejecutiva del programa de Asesoría Legislativa, con figuras como Alejandro Foxley y José Pablo Arellano. Antes, entre 2006 y marzo de 2010, ejerció como asesora jurídica en la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda, con Andrés Velasco de ministro.
Su incorporación al equipo de Provoste en una posición de protagonismo –ejerce de "cerebro" de la sala de máquina del programa– representó un importante guiño a los sectores centristas de la oposición. La propia candidata, en su discurso de anoche, se intentó diferenciar de sus principales contrincantes.
"En esta tarea estaremos todos los chilenos y chilenas que queremos transformar, pero en paz, avanzar en los cambios que nuestro país requiere, pero con gobernabilidad", dijo en alusión al diputado. "Este país no puede pensar que el próximo gobierno va a llegar a experimentar, a ser ensayo y error, de cambiar de un gerente a otro, de un Sebastián a otro Sebastián", indicó con respecto al ex ministro de Piñera.
¿Cómo quedan Boric y Sichel?
Las candidaturas de la derecha y de la izquierda no parecen inquietas con el resultado de la Unidad Constituyente, porque –al menos hasta ahora– no representa un gran peligro. En cualquier caso, aunque el análisis no era unánime, a Boric le convenía mayormente el triunfo de Provoste, porque le facilita la fuga de votos socialistas y le permite una diferenciación mayor con la candidata DC. A Sichel, en cambio, le iba mejor una victoria de Narváez, porque le dejaba el centro descubierto.
De acuerdo a la encuesta Feedback de fines de julio, tanto Boric como Sichel le ganan a Provoste, de pasar juntos a segunda vuelta. Por ejemplo: Boric alcanza un 41% frente a Provoste, que obtendría 24% ante el candidato del Frente Amplio. Si la disputa fuera Sichel-Provoste, el candidato de la derecha alcanzaría un 45%, mientras que la senadora DC, un 30%.